El 11 de junio de 2010 Sudáfrica y México se vieron las caras en el Estadio Soccer City de Johannesburgo para abrir la primera Copa del Mundo disputada en suelo africano. A los 55 minutos de partido Siphiwe Tshabalala le rompió el arco a Oscar Pérez y estampó el 1 a 0 parcial.
"Siempre será el gol más importante de mi carrera, independientemente de lo que ocurra después, porque conmovió a muchas vidas y alegró a mucha gente", declaró Tshabalala a la FIFA en 2010. "Siempre me gustará, es precioso, pero el gol es más grande que yo como individuo.
"Recibo recordatorios y mensajes de la gente sobre él todos los días, y es muy humilde. Ese gol fue especial en su momento, es especial hoy y, para mí y para mucha otra gente, será especial para siempre".
Para colmo, aquel baile en la línea de banda que siguió se hizo casi tan famoso como el propio gol, y reflejó una fuerte convicción entre el equipo anfitrión y el propio Tshabalala.
Como él mismo explicó: "cuando anunciaron que la Copa Mundial vendría a Sudáfrica, yo no estaba en ninguna parte como futbolista. Pero recuerdo que le dije a mi amigo: 'estaré allí en 2010, jugando con los Bafana Bafana'. Eso demuestra el poder del pensamiento positivo.
"Lo mismo ocurría a medida que se acercaba el partido: me imaginaba haciendo un buen partido y marcando un gol. La celebración lo demostró, porque estaba ensayada. Sabíamos que íbamos a marcar".
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