La FIFA envió hoy una carta a las 32 selecciones que participarán de Qatar 22 aconsejándoles que se abstengan de manifestaciones "políticas e ideológicas" en los partidos que se llevarán a cabo entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre.
Fiel a su característico principio de neutralidad, el conjunto con sede en Zúrich solo ha sugerido que "el fútbol ocupe un lugar central" en la agenda de las selecciones nacionales para evitar tensiones con el emirato árabe. Qatar, que albergará la primera Copa del Mundo en Oriente Medio, se ha enfrentado a una reacción global por sus políticas de derechos humanos, en particular contra las mujeres, los inmigrantes en la construcción y los miembros de la comunidad LGBTIQ.
En una carta, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, de Suiza, aseguró que todas las naciones serían bienvenidas por el anfitrión "independientemente de su origen, religión, género, orientación sexual o nacionalidad". La carta, que también fue firmada por la secretaria general Fatma Samoura, fue revelada por el canal de televisión británico Sky Sports.
"Sabemos que el fútbol no vive en el vacío, y somos igualmente conscientes de los muchos desafíos y dificultades políticas en todo el mundo. Pero, por favor, no dejen que el fútbol se vea envuelto en todas las batallas ideológicas o políticas”, sugirió la FIFA en un comunicado. La carta no menciona que Inglaterra, Gales y otros seis equipos europeos exigen que sus capitanes usen brazaletes de colores para protegerse contra el sexismo en un país donde la ley castiga cualquier desviación de la heterosexualidad.
Un "llamado al respeto" antes de Qatar 2022
Infantino llamó a los miembros de la comunidad futbolística a "respetar las opiniones y creencias y no dar una lección moral al resto del mundo". El órgano rector del fútbol trata de bloquear posibles puestos clave en la organización de la Copa del Mundo con una carta, que ya expresó la selección danesa. Su proveedor de ropa, Hummel Company, diseñó un traje que ocultaba la marca y el escudo de la alianza, cuyo propósito simbólico era "pasar desapercibido en un torneo donde murieron miles".
Con 6.500 muertes registradas entre trabajadores extranjeros involucrados en proyectos de infraestructura desde que se estableció la sede en 2010, los daneses han resistido las quejas internacionales.