“Esta noche, cuando termine el partido, se hablará de ustedes en todo el mundo”, le dijo Bruno Metsu a los futbolistas senegaleses minutos antes del partido inaugural de la Copa del Mundo Corea-Japón 2002. Y así fue.
Es que la jóven selección de Senegal tenía la difícil tarea de dar el puntapié inicial en la cita mundialista, nada más y nada menos que contra Francia, que venía de quedarse con el trofeo 4 años antes.
Sin embargo el elenco africano pisó fuerte en tierras asiáticas y se quedó con un triunfo que quedó en la historia. Incluso El Hadji Diouf, futbolista de aquel seleccionado, hace unos días recordó aquel suceso y expresó: “pueden decir lo que quieran de aquel partido, que no lo merecimos o que no éramos mejores que Francia, pero es la mayor victoria que se ha visto en el torneo”.
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Para colmo, aquel triunfo 1 a 0 frente a Le Bleus, no fue el único batacazo de la Selección Senegalesa de Fútbol. Ya que en el segundo encuentro empataron 1 a 1 con la Dinamarca de Jon Dahl Tomasson, quien había sido comprado unas semanas antes por el Milan de Italia.
En el tercer duelo de aquel Grupo A debían enfrentar a otro campeón del mundo, nada más y nada menos que a la siempre difícil Uruguay. Este duelo se vivió con mucha tensión ya que, en caso de quedarse con el triunfo los uruguayos enterrarían las esperanzas senegalesas.
No obstante, el partido comenzó totalmente inclinado para los leones que, antes de que finalice el primer tiempo, estamparon el 3 a 0 parcial. Pero en el segundo tiempo los charrúas sacaron a relucir toda su fiereza y empataron el tanteador a minutos del pitido final.
De todas formas, Senegal aguantó la arremetida uruguaya y se metió en los Octavos de Final del Mundial 2002. Allí lo esperaba la selección de Suecia que había dado el batacazo eliminando a la Argentina de Bielsa.
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Pero fueron de nuevo los jugadores africanos los que demostraron su hambre de hacer historia. Y, en un partido que se definió en tiempo extra, se quedaron con un 2 a 1 final y se metieron entre los ocho mejores equipos del mundo.
Allí caerían ante la gran revelación del Mundial: Turquía. De todas formas, nada le pudo quitar a los leones de Metsu la felicidad por la gran Copa del Mundo disputada.
Años más tarde, Diouf explicaría: “queríamos seguir dando guerra como lo había hecho Camerún con Roger Milla y compañía cuando llegaron a Cuartos de Final en 1990. También nos cautivaba la historia de Jay Jay Okocha y Nigeria cuando llegaron a Octavos de Final en 1994 y 1998”.
“Durante toda la Copa del Mundo nos decíamos: ‘si Okocha y Milla lo hicieron, ¿por qué nosotros no podemos? Muchachos, nosotros podemos hacerlo’. Sentíamos que nos debíamos a nosotros mismos crear un poco de historia africana y mundialista”, cerró El Hadji Diouf.
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