Se entrenan a fondo dos veces por semana como gran parte de los equipos de rugby en Australia, por lo que desde el exterior los Convicts de Sídney se parecen a cualquier equipo, pero se trata del primer combinado abiertamente gay en Australia.
El arquitecto de los Convicts, Andrew 'Fuzz' Purchas, fundó el club en 2004 después que él mismo hubiera jugado en un equipo gay en Estados Unidos. "Es un 'safe place' que me ha dado la oportunidad de practicar un deporte de equipo, algo que pensé que nunca haría", declaró Will Cooper, pilar de los Convicts y aborigen, luciendo la camiseta con rayas azules y blancas de su equipo.
Cuando se mudó a Sídney como veinteañero, Cooper nunca había tenido una pelota de rugby entre las manos. Un golpe del destino le llevó a un primer entrenamiento en 2019. Gus Donald, el gran veterano del equipo a sus 47 años, se inscribió tras ver una publicidad en una tienda de temática gay.
Así, los Convicts le sirvieron para relanzar su pasión por el rugby, apagada tras el instituto. "Había muchos chicos que estaban en mi situación, les gustaba jugar al rugby en la escuela, pero luego se sintieron amenazados y marginados cuando se unieron a un club local", explica.
Esta historia se hizo conocida a pocas semanas del Mundial Francia 2023, gracias a la Agence France-Presse (AFP), que pidió a 20 jóvenes fotógrafos, representativos de cada uno de los países clasificados, que muestren un aspecto de la cultura del rugby local, en colaboración con Canon.
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