El petróleo y el gas convirtieron a Qatar en el país más rico del mundo, al punto tal de que se estima que la Copa del Mundo costará unos 200 mil millones de dólares. Será el más caro de la historia. Sin embargo, algo ha cambiado en la sociedad qatarí, la cultura cambió y ya no viven como hace unos años.
El profesor de sociología de la Universidad de Qatar, Kaltham Al Ghanim, cuenta cuáles fueron los cambios que están generando un país nuevo: “nos hemos vuelto más urbanos. Nuestra vida social y económica ha cambiado, las familias se han separado y la cultura del consumo gana terreno todos los días”. Estos cambios, para el gobierno qatarí, son positivos.
Las obras por el Mundial, sumadas al constante cambio en la urbanización de Doha, la capital de Qatar, hacen que se sienta la diferencia con respecto a hace unos años, cuando el dinero no rebalsaba en el país asiatico. Según cuentan los mismos residentes “Doha es un gran sitio en construcción”, de hecho algunos barrios están en plena obra o demolición.
Esto se ve reflejado en el tráfico ya que, por las obras, es mucho más denso por lo que las jornadas laborales se hicieron más largas y hace que los conductores estén más estresados, impacientes y ansiosos, algo que suele pasar en todas las grandes ciudades del mundo pero que no pasaba en Doha.
Por otro lado, los medios locales informaron que el 40% de los matrimonios qataríes se han divorciado a causa del estrés que mencionamos y dos tercios de la población, incluyendo niños y adultos, son obesos.
Cabe destacar que en Qatar la educación y la medicina son gratuitas, hay más ofertas de trabajo que personas buscando empleo y no se paga ni agua ni electricidad. No obstante, la abundancia trajo problemas a la sociedad, es que la gente se ve muy presionada en hacer todo bien, en especial los recién graduados que cuentan con 20 ofertas de trabajo y deben elegir la que, a priori, va a ser la mejor opción para el resto de sus vidas.
El impacto por la pérdida de sus costumbres les es muy fuerte a todos los qataríes, un claro ejemplo es el mercado de Souk Waqif, construido a finales del siglo XIX era un sitio de encuentro para comerciantes y beduinos que pasaban por el lugar para el comercio de ganado y otros materiales.
Pero en 2006 el gobierno de Qatar lanzó un programa de restauración que se finalizó en 2008, de esta manera el original fue derribado y en la actualidad hay uno nuevo que simula ser antiguo.
Los sociólogos y antropólogos piden: “sean solidarios cuando viajen al Mundial en Qatar. La sociedad catarí ha perdido casi todo lo que les importaba”.
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