Después del Superclásico del pasado domingo, se volvió a mostrar no solo lo importante que es el fútbol en Argentina, sino en toda Latinoamérica. Es que, al igual que en el resto del mundo, es el deporte más popular y tiene un impacto más que significativo en la sociedad. Por eso surge la pregunta ¿Qué personas u organizaciones pueden estar interesadas en el fútbol además de las marcas deportivas y los patrocinadores? Y la respuesta es clara: la política.
Averiguando sobre distintos casos de la influencia del fútbol en la política se pueden encontrar distintos “motivos” (podríamos llamarles) para tratar de forjar esta relación y que se pueden sintetizar en dos.
Relación entre fútbol y política en Latinoamérica: el deporte como herramienta de conexión
Los políticos latinoamericanos han utilizado el fútbol como una herramienta para conectarse con la población y generar apoyo. Asistir a partidos, mostrar afinidad por un equipo o apoyar iniciativas relacionadas con el fútbol son estrategias comunes debido a la emocionalidad única que causa el deporte.
Por ejemplo, líderes como Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia se identificaban públicamente con equipos de fútbol y usaban su popularidad en el deporte para conectar con sus seguidores e incluso mostrándose como amigos de leyendas del deporte como Diego Maradona. Más recientemente, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro se mostró con varias camisetas de equipos del país, un acto bien “populista” de su parte.
Influencia de los clubes de fútbol en la política
El fútbol y la política son indisociables en la geopolítica de América Latina y más aún en la Argentina, donde se podría decir que somos expertos en la materia. La presidencia de Boca fue el trampolín de exposición mediática y popularidad en el que Macri tomó impulso desde 1995 para lanzarse a los cargos públicos: acompañado por los resultados deportivos de su equipo, el empresario y heredero de una de las grandes fortunas del país, tardó doce años en llegar a la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires, en 2007, y otros ocho a la presidencia argentina, en 2015.
Además, Mauricio afirmó que va a participar de las elecciones de fin de año en el club y se especula que quiere, en el futuro, ocupar el cargo que hoy ocupa Gianni Infantino como Presidente de la FIFA.
Como el caso de Macri hubo muchos casos. Antes de él, por ejemplo, estuvo el caso de tanto antes la familia Santilli, donde Hugo fue presidente de River entre 1983 y 1989 y luego fue Presidente del Banco Nación. Luego, su hijo Diego también terminó metiéndose en política, pero no sin antes haber pasado varios partidos junto a los “Borrachos del Tablón”, la barrabrava del equipo millonario.
Si nos ponemos a hablar del después, los casos se multiplican. De hecho, al día de hoy tenemos varios políticos que están metidos también en la política de los clubes como es el caso de Nestor Grindetti y Cristian Ritondo, precandidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires, y el sindicalista Hugo Moyano en Independiente (en este caso llegaron primero al fútbol y después a la política); y otros como Matías Lammens, candidato a Jefe de Gobierno en 2019 y actual Ministro de Turismo y Deportes que tuvo una gran etapa ocupando el cargo ejecutivo más alto en San Lorenzo.
Si cruzamos la cordillera hacia Chile, Sebastián Piñera fue dueño de aerolíneas y supermercados, pero también de parte del fútbol: en 2006 compró Colo Colo antes de convertirse en el presidente del país, primero entre 2010 y 2014, y nuevamente desde 2018 a 2022.
Del otro lado del Río de la Plata, en los comienzos de Tabaré Vázquez (presidente de Uruguay entre 2005 y 2010 y otra vez desde 2015 a 2020) también hubo una pata deportiva: fue el presidente del club Progreso, al que consagró campeón en 1989, para luego ganar la alcaldía de Montevideo.
El empresario paraguayo Horacio Cartes asumió en el club Libertad en 2001, antes de lanzarse a la política y ejercer la presidencia de su país entre 2013 y 2018. Evo Morales, quien fue presidente de Bolivia desde 2006 hasta 2019, tuvo una conexión cercana con el fútbol. Antes de su carrera política, Morales fue presidente del Club Deportivo Calleja, un equipo de fútbol en Bolivia. Además, fue presidente del Club The Strongest, uno de los clubes más antiguos y populares de Bolivia.
Te puede interesar: